martes, 31 de enero de 2012

Características de todo ciclista


Nos gustan las bicicletas y salir a rodar por el monte. Nos gusta darle a los pedales y sentir que nuestras piernas arden por el esfuerzo y nos gusta el ciclismo en todas su variantes. Pero, ¿realmente somos verdaderos ciclistas?. Al igual que sucede en nuestra vida existen momentos puntuales que marcan un antes y un después en nosotros mismos. El primer amor, nuestra graduación o el nacimiento de un hijo son momentos mágicos que transforman nuestra vida y nos convierten en amantes, personas de provecho o padres.


En el ciclismo también existen pequeños momentos que determinan que ya estamos en el siguiente nivel. A continuación, los 25 momentos mágicos que nos convierten en verdaderos ciclistas:


  • Cuando nos damos cuenta que el camino no está en el monte, sino que el monte es el camino.
  • Cuando tenemos un cajón en nuestro armario dedicado exclusivamente a guardar nuestro equipamiento ciclista.
  • Cuando pasamos la noche sin dormir después de afeitarnos las piernas por primera vez, debido al escozor de la piel rozando con las sábanas.
  • Cuando la frase "Gracias por la ruta" se transforma en algo cotidiano de nuestro vocabulario.
  • Cuando vemos a alguien con un bronceado de ciclista (brazos y piernas) y le dedicamos un pequeño gesto de reconocimiento.
  • Cuando descubrimos que una lata de Coca-Cola es capaz de resucitar a los muertos.
  • Cuando iniciamos y terminamos la misma ruta en bicicleta bajo una lluvia torrencial.
  • Cuando estamos en una tienda de bicicletas mucho tiempo y nadie espera que compremos algo.
  • Cuando el cuentakilómetros de la bicicleta registra cifras de tres dígitos en una misma ruta.
  • Cuando montamos en bicicleta por quinto día consecutivo y el culo no nos duele.
  • Cuando dejamos de rodar al lado o detrás del grupo de ciclistas y rodamos justo en el interior, sin sentir claustrofobia.
  • Cuando somos capaces de lanzar un verdadero cohete de mocos por nuestra nariz con total precisión y sin disminuir el ritmo de la bicicleta.
  • Cuando nos damos cuenta de que alguien más también lleva grasa de la cadena sobre la pantorrilla derecha.
  • Cuando nos quedamos enganchados en los pedales y sufrimos una caída tonta en cualquier parada.
  • Cuando rodamos por una ciudad congestionada y nos sentimos felices de saber que somos los únicos que nos estamos moviendo.
  • Cuando nuestro jefe/a nos pregunta acerca de lo que está ocurriendo en el Tour de Francia.
  • Cuando reparamos nuestra vieja bicicleta para ayudar a alguien a iniciarse en el ciclismo.
  • Cuando cambiamos nuestro primer juego de neumáticos desgastados en la bicicleta.
  • Cuando encontramos a un ciclista con problemas y le damos nuestra única cámara de repuesto para las ruedas.
  • Cuando conseguimos perdernos realmente por el monte a lomos de nuestra bicicleta, deliberadamente.
  • Cuando arrugamos por primera vez el número de nuestro dorsal al final de una competición.
  • Cuando admiramos por primera vez un amanecer sobre el sillín de nuestra bicicleta.
  • Cuando estamos en mitad de una subida brutal y nos damos cuenta de que ese camino no es correcto y, sin embargo, continuamos el ascenso.
  • Cuando compramos la primera bicicleta "seria" a nuestro hijo/a y vemos el brillo de felicidad en sus ojos.
  • Cuando sospechamos que esa bicicleta de al lado es robada y, sinceramente, nos duele de verdad.


    viernes, 27 de enero de 2012

    Los pedales automáticos en el Mountain Bike.



    Una de las mayores innovaciones en el mundo del ciclismo fue la invención de los pedales automáticos. Gracias a este tipo de pedales, se produjo un avance muy significativo en el mundo de las bicicletas y supuso una mejora sustancial en lo referente a la eficacia del pedaleo, mucho más óptima con los pedales automáticos debido a que se consigue aplicar la fuerza a lo largo de todo el recorrido o circunferencia de los pedales. A continuación, conoceremos cuáles son las ventajas y los inconvenientes de utilizar pedales automáticos en nuestra bicicleta.


    Hacer uso de pedales automáticos en el Mountain Bike es una práctica muy recomendable y prácticamente todos los ciclistas que los prueban continúan haciendo uso de ellos. Entre las ventajas de usar este tipo de pedales, encontramos:


    ·Un pedaleo más eficaz. Con los pedales automáticos podemos pedalear ejerciendo fuerza sobre todo el recorrido o circunferencia de los pedales, consiguiendo lo que se denomina pedaleo en redondo. Gracias a esta mayor eficacia en el pedaleo, se mejora la efectividad de los entrenamientos en bicicleta y se reducen lesiones derivadas de desequilibrios musculares entre ambas piernas.
    ·Una sujeción más óptima. Con los pedales automáticos nuestros pies van sujetos a la bicicleta de manera firme y se evitan esos pequeños accidentes que pueden ocurrir cuando se nos escapa un pie del pedal sobre terrenos accidentados. Además, gracias a esta firme sujeción de nuestros pies, se mejora el control de la bicicleta y nos permite realizar diferentes maniobras (saltos, subir bordillos, etc...) simplemente dando pequeños tirones con los pies.
    ·La posición del pie siempre correcta. Utilizar pedales automáticos hace que la posición de nuestros pies sobre el pedal siempre sea la misma, sin permitir diferentes posturas que puedan provocar algún tipo de lesión a largo plazo. Lo único que debemos hacer es asegurarnos de ajustar correctamente la posición de las calas en nuestras zapatillas de forma que el pie quede paralelo al pedalier de la bicicleta y el pedal justo debajo del punto central del metatarso del pie.


    Básicamente, estas son las ventajas más importantes de las que nos beneficiamos cuando utilizamos pedales automáticos en la bicicleta. Sobre sus inconvenientes, lo más destacable sería el que debemos utilizar obligatoriamente calzado específico para poder colocar las calas que acompañan a los pedales automáticos, aunque no deja de ser también una ventaja ya que de esta manera evitaremos que nuestro calzado "normal" se desgaste en exceso.


    Existe cierto miedo entre los principiantes y otros ciclistas que nunca han utilizado pedales automáticos a la hora de iniciarse con los mismos. Lo cierto es que cuando no estamos acostumbrados, es bastante fácil y común sufrir esas típicas caídas a bicicleta parada debido a que nos hemos olvidado desenganchar los pies o hemos tardado demasiado, pero siempre sin mayores consecuencias. Lo cierto es que con un poco de práctica, el gesto de enganchar y desenganchar el pie del pedal automático se hace de forma mecánica y no trae mayores problemas.


    Además, no está de más recordar que en el mercado existen multitud de tipos diferentes de pedales automáticos. Podremos encontrar pedales automáticos de diferentes fabricantes y con diferentes sistemas de anclaje, además de otros pedales de tipo mixto que pueden ser utilizados como pedales automáticos o como pedales de plataforma, algo muy útil si no necesitamos estar "enganchados" en la bicicleta constantemente (por ejemplo, en recorridos urbanos).


    Resumiendo de forma general, los pedales automáticos son más seguros, favorecen la eficacia de nuestro pedaleo ya que podemos ejercer fuerza hacia abajo con una pierna y hacia arriba con la otra consiguiendo un pedaleo en redondo, y nos evitan lesiones y dolores de articulaciones una vez están bien ajustados. Con un poco de práctica y algunas salidas con ellos, cualquiera puede beneficiarse de las ventajas de este tipo de pedales.


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